¿Por qué es malo para los niños usar zapatos heredados?

El calzado reutilizado puede ser perjudicial porque acaba adoptando una determinada forma por el desgaste causado por los pies del primero que lo utilizó. Y esta circunstancia provoca que el que lo use después camine con molestias, tenga rozaduras e, incluso, que se altere su marcha habitual al andar.

El calzado usado tiene un desgaste, en función de su primer propietario, que puede aparecer tanto en el tacón, en el pliegue superior, en la pala (parte superior del zapato), en la suela o en la parte anterior. Estos puntos determinados varían en función de la persona que los lleva, lo que puede provocar, sobre todo a edades tempranas, que emplear el zapato del otro le impida caminar a su manera, debido a un primer usuario.

Es de gran importancia en la etapa de la infancia en la que se están formando los pies (entre los 2-3 y 6-7 años), ya que una determinada forma de andar puede hacer daño al pie e influir en su desarrollo y posición, así como en los de la pierna, con riesgo de malformación en las extremidades más pequeñas. Si el calzado no está bien adaptado (incluso aunque sea nuevo), el crío caminará incómodo y tendrá heridas, y la forma de andar se verá condicionada, con el consiguiente riesgo de deformaciones.

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